Los niños indigos
Los Niños Azules
Se habla de una rara especie humana que está naciendo sobre la tierra en cantidad. No es azul el color de su sangre pero sí viene rodeada de una aureola -que los más evolucionados pueden percibir, y que es un campo energético- de color azul. Son los llamados “niños índigo”. Definición del diccionario: Índigo: “polvo microcristalino azul intenso”.
Niños misioneros
Vienen destinados a cambiar el mundo y la mirada de la gente que lo puebla. Su misión tiene que ver con hacer más sutiles las vibraciones planetarias. Tienen conciencia de que todos los seres que los rodean, ante ellos, muestran su parte más humana y pacífica y aumentan sus cualidades positivas.
¿Tiene usted un índigo en su casa?
Por favor, conteste este cuestionario:
¿Su niño ve colores desconocidos del espectro? ¿Escucha la circulación de su propia sangre? ¿Es intuitivo, telépata, predice el futuro? ¿Ve a los seres de otras dimensiones? ¿Es humilde aunque reconoce su propia índole singular?
Si ha contestado “sí” a la mayoría de las preguntas, su hijo es un niño índigo. Si ha contestado “no” a la mayoría de las preguntas, también.
En el primer caso, seguro no debemos explicarle los motivos del resultado. En el segundo caso tal vez sí, aunque nos resulta algo difícil transmitir las razones. De todos modos, con la ayuda de algunos trabajos que hemos recibido sobre el tema, intentaremos hacerlo:
Su niño es índigo pero, cuando estuvo “en el vientre de la madre” no fue tratado como “un joven adulto”, respetando de este modo su “fuerza vital”, ya que es evidente que usted no usó el tono de voz adecuado al hablarle antes de su nacimiento. Debido a eso no se transparentan sus virtudes de índigo, sino una aparente manera violenta de actuar.
Sabiendo que su “espíritu es sabio” a pesar de su poca edad, usted no lo ha tratado como par suyo, no le ha pedido consejo, no lo ha incitado a que cree él sus propias normas. Por lo cual él, que está destinado a traernos paz, por ahora sólo trae algunos problemas en la escuela.
No lo ha ayudado a desarrollar sus dones metafísicos ni le ha enseñado técnicas de protección energética. Éste es el motivo por el que no parece creativo o con condiciones de líder, sino más bien caótico y errático.
Lo que creemos nosotros
Tenemos claro que la realidad es mucho más vasta de lo que nuestros sentidos perciben. Sin embargo, aún nos cuesta un poco imaginar el modo en que se descubrió a esta generación aureolada de índigo o de azul: una presencia magnética, una entidad de luz, apareció en 1991 y relató a un grupo de personas la existencia de estos niños. Desde entonces Kyron, como se lo conoce, se sigue manifestando y aportando consejos sobre la mejor manera de criar a esta raza en transición.
Lo que nosotros creemos es que existe -no sabemos si por gracia del más allá, de Kyron, de tecnologías más prosaicas o por simples (nunca muy simples) razones evolutivas- una generación que afortunadamente nos aventaja: está mejor formada e informada, aprende con rapidez, es más creativa y audaz que lo que fuimos.
Debido a miles de años en los cuales los hombres (nosotros) nos convertimos en sus destructores, en eso se cifra nuestra esperanza de que el planeta permanezca.*
*Si desea leer monografías sobre los niños índigos -las recomendamos por lo interesantes y curiosas- puede visitar los trabajos publicados [Haga click aquí].
Se habla de una rara especie humana que está naciendo sobre la tierra en cantidad. No es azul el color de su sangre pero sí viene rodeada de una aureola -que los más evolucionados pueden percibir, y que es un campo energético- de color azul. Son los llamados “niños índigo”. Definición del diccionario: Índigo: “polvo microcristalino azul intenso”.
Niños misioneros
Vienen destinados a cambiar el mundo y la mirada de la gente que lo puebla. Su misión tiene que ver con hacer más sutiles las vibraciones planetarias. Tienen conciencia de que todos los seres que los rodean, ante ellos, muestran su parte más humana y pacífica y aumentan sus cualidades positivas.
¿Tiene usted un índigo en su casa?
Por favor, conteste este cuestionario:
¿Su niño ve colores desconocidos del espectro? ¿Escucha la circulación de su propia sangre? ¿Es intuitivo, telépata, predice el futuro? ¿Ve a los seres de otras dimensiones? ¿Es humilde aunque reconoce su propia índole singular?
Si ha contestado “sí” a la mayoría de las preguntas, su hijo es un niño índigo. Si ha contestado “no” a la mayoría de las preguntas, también.
En el primer caso, seguro no debemos explicarle los motivos del resultado. En el segundo caso tal vez sí, aunque nos resulta algo difícil transmitir las razones. De todos modos, con la ayuda de algunos trabajos que hemos recibido sobre el tema, intentaremos hacerlo:
Su niño es índigo pero, cuando estuvo “en el vientre de la madre” no fue tratado como “un joven adulto”, respetando de este modo su “fuerza vital”, ya que es evidente que usted no usó el tono de voz adecuado al hablarle antes de su nacimiento. Debido a eso no se transparentan sus virtudes de índigo, sino una aparente manera violenta de actuar.
Sabiendo que su “espíritu es sabio” a pesar de su poca edad, usted no lo ha tratado como par suyo, no le ha pedido consejo, no lo ha incitado a que cree él sus propias normas. Por lo cual él, que está destinado a traernos paz, por ahora sólo trae algunos problemas en la escuela.
No lo ha ayudado a desarrollar sus dones metafísicos ni le ha enseñado técnicas de protección energética. Éste es el motivo por el que no parece creativo o con condiciones de líder, sino más bien caótico y errático.
Lo que creemos nosotros
Tenemos claro que la realidad es mucho más vasta de lo que nuestros sentidos perciben. Sin embargo, aún nos cuesta un poco imaginar el modo en que se descubrió a esta generación aureolada de índigo o de azul: una presencia magnética, una entidad de luz, apareció en 1991 y relató a un grupo de personas la existencia de estos niños. Desde entonces Kyron, como se lo conoce, se sigue manifestando y aportando consejos sobre la mejor manera de criar a esta raza en transición.
Lo que nosotros creemos es que existe -no sabemos si por gracia del más allá, de Kyron, de tecnologías más prosaicas o por simples (nunca muy simples) razones evolutivas- una generación que afortunadamente nos aventaja: está mejor formada e informada, aprende con rapidez, es más creativa y audaz que lo que fuimos.
Debido a miles de años en los cuales los hombres (nosotros) nos convertimos en sus destructores, en eso se cifra nuestra esperanza de que el planeta permanezca.*
*Si desea leer monografías sobre los niños índigos -las recomendamos por lo interesantes y curiosas- puede visitar los trabajos publicados [Haga click aquí].
posted by Jorge at 9:47 p.m.
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